Transilvania, historia y leyenda van de la mano. Conocer esta zona supone adentrarse en la tierra del príncipe de las tinieblas, Vlad III de Valaquia, más conocido como Drácula.
Situada en el corazón de Rumania, con Maramures al norte, Valaquia al sur, Moldavia al este, y el Banato y Crisana al oeste, Transilvania tiene un relieve que va desde las colinas y lagos del norte, a los valles boscosos del sur.
La mayoría de personas visitan esta región por el interés que evoca la historia que según allí ocurrió del popular Conde Drácula; la realidad es que este es un personaje de una novela creado en base a una persona llamado: Vlad el Empalador o Vlad III, quien fue príncipe de Valaquia al sur de Rumania, caracterizado por ser fuerte y pelear como nadie, azotando a sus enemigos de manera sanguinaria y perversa.
Pero una vez asimilada la historia convertida en mito, esta región se muestra llena de matices.
En la región de Transilvania, se sitúan algunas de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa, como es el caso de Brasov, con su antigua arquitectura sajona, Sighisoara, con su ciudadela, y su torre del reloj del siglo XIV; Cluj, Napoca, con su bello centro histórico, o Sibiu, con sus casas de colores y sus calles empedradas.
En Transilvania, hay también otras joyas arquitectónicas, únicas como el Castillo de Vlad Tepes, mejor conocido por el mito de Drácula. Y cerca de Brasov y Bran, están las iglesias fortificadas de Agnita, Biertan, Calnic, Harman, Darjiu, Prejmer la iglesia fortificada más grande del sureste de Europa, Saschiz, Viilor Valea, y Viscri, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Y otros lugares como la Fortaleza de Rasnov, construida en 1300 por los caballeros teutónicos para proteger Transilvania de los tártaros y los turcos. El Castillo Corvinesti del siglo XV, el más bello de Transilvania, situado cerca de Hunedoara, con la suntuosa sala de los Caballeros y las torres y contrafuertes, reminiscencia de la época medieval. En Sibiu, el Museo de Arte, en el bello Palacio Bruckenthal y, al noroeste de la ciudad, Marginimea Sibiului, donde se pueden visitar más de 18 pueblos tradicionales. Asi como el Museo más grande de Europa de Iconos de vidrio pintado, situado en Sibiel.
Transilvania posee, además, paisajes naturales de belleza única como la Cordillera Apuseni, en los Cárpatos occidentales, el Parque nacional de Retezat, la Cueva de los osos Chiscau y la Cueva Vartop, o el Glaciar Scarisoara (el segundo glaciar más grande de la tierra).
El patrimonio de Transilvania es rico y variado, resultado de las diferentes culturas que influyeron la región, incluyendo la germánica y la húngara, que se refleja tanto en la arquitectura, como en la cultura y la gastronomía. Por otra parte, todavía perviven en la región, tradiciones centenarias, y mucha gente se dedica todavía a oficios que se van perdiendo en otros lugares de Europa: pastores, tejedores, herreros.