Muchas veces nos quejamos de la acústica de nuestra sala de entretenimiento. Ya sea teniendo un equipo de música o home theater, la acústica de las mismas pueden sonar mejor.
La calidad de los componentes de nuestro equipo de cine en casa o alta fidelidad incide claramente en el sonido que vamos a obtener. Sin embargo, hay otro factor determinante que también nos interesa tener muy presente porque puede arruinar el sonido de nuestro equipo, por muy bueno que sea, o permitirle dar rienda suelta a todo su potencial: las características acústicas de la habitación en la que lo hemos instalado.
Si no disponemos de una habitación que podamos dedicar en exclusiva a la música o el cine en casa es probable que nos veamos obligados a instalar nuestro equipo en una sala con ventanas y puertas de cristal, que tienen una gran capacidad de reflexión de las ondas sonoras; adornos de vidrio y jarrones, que pueden resonar, y muchos otros objetos que, aunque estéticamente pueden ser atractivos, pueden mermar las prestaciones sonoras de nuestro equipo. Afortunadamente, podemos resolver muchos de estos problemas con sencillez e invirtiendo poco dinero.
El triángulo de monitores
Lo primero a lo que deberías atender es a la posición de tus monitores, siguiendo con cuestiones de ubicación, los monitores deberían estar colocados a cierta distancia de la pared, ya que si los pegas a ella, se amplificarán de forma natural los graves que emitan. Y nunca los sitúes en una esquina, porque esa amplificación se doblará.
Tu ubicación con los altavoces debería ser la de un triángulo equilátero. Esto es, que los monitores estén separados entre sí por exactamente la misma longitud que haya entre éstos y tu cabeza. Para ser exactos, entre el punto justo detrás de tu cabeza y los monitores, de forma que los ejes imaginarios que los unen pasen rozando tus orejas.
Controlando las reflexiones
Lo primero es cubrir las ventanas y puertas de cristal con cortinas. Cuanto más gruesas sean, mejor. Su contribución al sonido es positiva porque evitarán que el cristal que ocultan refleje las ondas sonoras, y, de paso, absorberán una parte de la energía de las ondas sonoras que inciden en su superficie. El segundo consejo es instalar una alfombra gruesa en el suelo que cubra la porción que se extiende entre tu y las cajas acústicas delanteras.
Este elemento decorativo también es beneficioso porque, por un lado, absorbe una parte de la energía de las ondas sonoras que inciden sobre él, y, además, incrementa el retardo de las señales reflejadas, evitando, de esta forma, que enmascaren las ondas sonoras que se propagan directamente desde los altavoces hacia nuestros oídos.
Las plantas también ayudan
Las plantas, ya sean naturales o artificiales, se comportan de una forma muy similar a los paneles difusores de sonido. Cuando una onda sonora incide en ellas y choca con sus hojas, se descompone en ondas más pequeñas que, además, son reflejadas en múltiples direcciones
Si colocamos las plantas de forma estratégica en la sala, nos pueden brindar la sensación acústica de que nuestra habitación es más grande.
Compra un micro de test
Por último, aunque seguramente debería ser lo primero, utiliza un micrófono de mediciones y analiza tu sala. Siempre es más efectivo saber de antemano con qué problemas acústicos nos enfrentamos antes de llenar una habitación de paneles absorbentes. Existen muchos programas que te permitirán hacer mediciones de todos los aspectos necesarios.