Una de las cosas que nos hace estar cómodos en nuestro hogar, sintiéndonos relajados, libres de estrés y también más felices, es tener nuestra casa limpia y recogida.
Llevar una vida ajetreada y no tener una buena rutina de limpieza y de organización puede hacer que nuestra casa sea un auténtico caos. Para combatir este problema podemos seguir una serie rutinas y consejos que harán de nuestra casa un lugar acogedor y agradable.
No puedes ordenar la casa sin antes establecer unas pautas sobre cómo lo vas a hacer. Para ello, te recomendamos definir con qué vas a empezar y por dónde vas a continuar. El primer paso es organizarte, para ello debes establecer categorías de todos los elementos a ordenar.
Evita ordenar por habitaciones, lo mejor es categorizar por elementos, ya que así podemos unificar todo lo que tenemos desperdigado por todas las habitaciones y lograr un orden más preciso. Por ejemplo, el primer día lo dedicamos a ordenar la ropa, el segundo día a ordenar los libros, el tercer día a ordenar alimentos, el cuarto día los papeles, etc.
A veces tenemos en nuestra casa un montón de cosas que no usamos o que ya no necesitamos, incluso es habitual encontrarnos con cosas que ni siquiera nos son útiles porque ya no funcionan. Tendemos a guardar mucha “basura” que nos quita espacio para guardar las cosas realmente importantes.
Siempre que vayamos a ordenar algo debemos ponerlo todo sobre una mesa y dividirlo en tres grupos: un grupo para aquello que vamos a desechar, otro grupo para aquello que vamos a conservar y un tercer grupo para aquello en lo que tenemos dudas de si conservar o no.
Inmediatamente después de establecer los tres grupos nos desharemos de aquello que desechamos y daremos un segundo repaso al grupo de las cosas que dudamos si quedarnos o no, quedándonos con aquello que queremos.
Cuando decidamos ordenar nuestra casa debemos hacerlo en el menor tiempo posible ya que así las posibilidades de éxito serán mayores debido a que estaremos más motivados durante todo el proceso. Si por el contrario ordenamos hoy una parte y dejamos el resto para dentro de varios días, esto puede hacer que vayamos retrasando la tarea hasta llegar incluso a no completarla.
Debes ser consciente de que los días que estás ordenando tu casa, va a estar mucho más caótica que antes y no estará realmente perfecta hasta que no termines.
La justificación de que esto ocurra es que para ordenar cada una de las categorías que se establecían en el primer paso, debemos vaciar los armarios, así como los cajones donde se van a almacenar y limpiarlos en profundidad.
Hay que evitar dejar cosas en los cajones o en los armarios cuando estamos ordenando ya que no favorecerán que guardemos las cosas de forma realmente satisfactoria.
No basta con tener un espacio en el que guardar las cosas, para tenerlas bien ordenadas es necesario usar compartimentos que ayuden a que ningún elemento se mezcle con otro de otro tipo.
El hecho de usar compartimentos, no sólo nos dará una imagen visual más agradable, sino que nos ayudará además a localizar las cosas más rápidamente cuando las busquemos.
Una vez que hemos ordenado nuestra casa, el trabajo que tenemos por delante es de mantenimiento. De nada sirve todo el esfuerzo realizado en organizar la casa si a los tres días todo va a estar de nuevo patas arriba. Debemos crearnos una rutina de mantenimiento del orden: