El vino es uno de los productos más arraigados a la cultura culinaria mediterránea y que más beneficios aporta a nivel de salud.

 

Hoy es bien sabido que el consumo moderado de vino tinto tiene efectos beneficiosos sobre la salud. Los polifenoles y el resveratrol, sus potentes antioxidantes, nos alejan del riesgo cardiobascular, mejoran la función cognitiva, protegen nuestra boca de la enfermedad de las encías y cuidan la próstata, entre otras cosas. Su consumo es además un placer para los sentidos, y son muchos los que intentan mejorar sus conocimientos sobre esta “bebida de dioses” mediante cursos de cata, lectura de libros y  visitas a bodegas o turismo enológico. Lejos de entrar en decadencia, la cultura del vino está en pleno auge.

Por esa razón la elaboración del vino no podía escapar de la tendencia hacia una cultura más ecológica que se impone en las sociedades desarrolladas. Acompañando al auge de la agricultura ecológica, muchas bodegas han comenzado a lanzar su propio vino ecológico. Pero, ¿sabemos exactamente qué es el vino ecológico y en qué se diferencia de los vinos tradicionales?

Requisitos para ser vino ecológico

El vino ecológico certificado debe cumplir una serie de requisitos. El primero, lógicamente, es que la uva debe ser cultivada siguiendo las directrices de la agricultura ecológica. Por ejemplo, el abono de preferencia para los viñedos debe proceder de residuos del propio cultivo. El estiércol de origen animal y el compost también son admitidos, pero quedan expresamente prohibidos los abonos minerales hechos con nitrógenos y la quema de los restos del cultivo.

La conservación y el embotellado del vino también deben ser cuidadosamente supervisados. Por ejemplo, se prohíben prácticas como la concentración parcial por frío, la eliminación del anhídrido sulfuroso para limpiar las cubas por procedimientos físicos, el tratamiento por electrodiálisis, la desalcoholización parcial del vino, el tratamiento con intercambiadores de cationes.

¿Lleva “químicos” el vino ecológico?

Existen técnicas que consiguen disminuir la utilización de productos químicos. Hay que tener en cuenta que las plagas y enfermedades cada vez son más resistentes a los productos químicos, lo que obliga a que se necesiten fungicidas, insecticidas o herbicidas cada vez más potentes. Todos estos tratamientos químicos hace que se deteriore el suelo, el medio ambiente y se pueda ver influenciada la calidad de los vinos, ya que las raíces de las cepas necesitan un suelo vivo que permita la correcta absorción de nutrientes. Además los restos derivados de estos productos químicos se incorporan al vino.

Todo esto hace pensar que si en los cultivos ecológicos se minimizan la utilización de productos químicos, el suelo será más saludable por lo que las cepas aportarán a la uva más sustancias naturales y por tanto se obtendrán jugos y vinos mejores, más naturales y saludables, y en definitiva, más auténticos. Diferentes estudios demuestran que el vino elaborado con uva ecológica contiene mayor cantidad de polifenoles, las sustancias antioxidantes, que el procedente de la uva tradicional. Todos los estudios indican que los vinos ecológicos tienen aproximadamentes el doble de estos compuestos antioxidante que un vino convencional.

Para seleccionar el vino ecológico

• Observa que lleve la etiqueta con las palabras “vino elaborado a base de uva procedente de agricultura ecológica”

• Rechaza denominaciones confusas como “vinos cuidadosos con el medio ambiente” y otras igual de imprecisas, que esconden la ausencia de certificados.

• Asegúrate de que lleve tapón de corcho no de materiales sintéticos como plástico o metal.