Hace 90 años, el dirigible alemán ‘Graf Zeppelin,’realiza el primer vuelo alrededor del mundo.
Al tomar tierra en Lakehurst, Nueva Jersey (EE UU), el dirigible germano bautizado como ‘Graf Zeppelin’, se convirtió en la primera nave voladora de su clase, en dar la vuelta al mundo. Este tipo de embarcación área, se consideraba una evolución de la tecnología del globo aerostático (inventado en el siglo XVIII), basado en el principio de que el aire caliente tiende a subir.
El ‘Graf Zeppelin’ LZ127, fue uno de los dirigibles comerciales más exitosos que hayan existido nunca. El nombre del histórico Zeppelín, se otorgó en homenaje al pionero alemán de la aeronavegación Ferdinand von Zeppelin, quien alcanzó el rango de ‘Graf’ o Conde en la nobleza alemana (según el uso alemán, la partícula ‘von’ del nombre, se omite cuando se emplea un título como ‘Graf’). Tras la muerte del conde von Zeppelin en 1917, antes del final de la Gran Guerra, Hugo Eckener tomaría su relevo al mando de la compañía Zeppelin. La idea inicial de Eckener, era utilizar el aparato para vuelos experimentales y de demostración, transportando pasajeros para cubrir los costes.
En 1928, el ‘Graf Zeppelin’ era el dirigible más grande construido hasta la fecha. Medía 236’6 metros de longitud, y era capaz de desplazar 60 toneladas de carga, propulsado por 5 motores Maybach de 550 caballos cada uno, que podían funcionar con gasolina o con gas azul. La góndola estaba preparada para dar alojamiento a 24 pasajeros y a toda la tripulación, 36 oficiales, camareros, sobrecargos, viajaban en la panza del globo.
La nave volaba a una velocidad de crucero de 63 nudos, 117 km/h, aunque poniendo los motores a tope, alcanzaba una velocidad máxima de 70 nudos, 128 km/h. No era precisamente un vuelo supersónico, pero la clásica imagen de un aparato desplazándose lentamente por el horizonte, al estilo de los globos, no coincide con la realidad.
La operación de embarque en un Zeppelín podía resultar un tanto aparatosa, según como fueran las instalaciones acondicionadas en el aeropuerto donde estuviera estacionado. En la base de la compañía en Friedrichshafen, no había mástil de amarre así que básicamente tenían que sacar la nave de su hangar, guiada por una cantidad ingente de personal, que la sujetaba agarrándola por la base de la góndola. Luego se colocaba una escalerilla para que los pasajeros pudieran subir; Cuando estaban listos para partir, el personal de tierra soltaba el dirigible, y el capitán llevaba la nave al cielo;
Uno de los mayores reconocimientos para este dirigible llegó en 1929, un año después de su aparición y uso, cuando estableció un récord de vuelo sin tocar tierra por 128 horas. Todo un reconocimiento para la época, cuando el 29 de agosto de ese año, comandado por Hugo Eckener, completó su primer vuelo alrededor del mundo al aterrizar en Lakehurst, Nueva Jersey, Estados Unidos.
Su viaje duró 21 días, durante los cuales recorrió 34,600 km. Salió de Lakehurst, atravesando el Atlántico, hizo su primera escala en la ciudad alemana de Friedrichshafen, tras cruzar Europa, sobrevoló los Urales y atravesó Siberia hasta alcanzar Tokio, donde hizo escala. Posteriormente cruzó el Pacífico rumbo a Estados Unidos, y el 26 de agosto, tras 79 horas y 22 minutos de navegación, aterrizó en Los Ángeles, California. Finalmente, el 29 de agosto, retornó a Lakehurst, su punto de partida.
Tras realizar la vuelta al mundo con éxito, se embarca en una nueva aventura en 1931, cuando realizó un viaje de exploración al Ártico, cumpliendo así un antiguo sueño del conde von Zeppelin, que este no pudo realizar debido al estallido de la Gran Guerra.
El gran dirigible LZ127, voló por primera vez el 18 de septiembre de 1928, y realizó 600 viajes sobrevolando 150 veces el Atlántico, y se estableció una línea regular en 1936 de carga, y correo postal con América del Sur.
El ‘Graf Zeppelin’ realizó su último vuelo, el 18 de junio de 1937, para ser confinado en sus hangares, hasta que Hermann Göring ordenase en marzo de 1940, el desguace de los dirigibles restantes por motivos de seguridad, ya que Alemania había iniciado la segunda guerra mundial, unos meses antes y para aprovechar el duraluminio de la estructura, como material de guerra.