Disfrute descubriendo del yoga, y siga estas pautas básicas, para que algo que puede proporcionarle tanto bienestar, no se convierta en un problema.
Dolores en las cervicales, espalda, hombros y rodillas, son comunes en las primeras clases de yoga, pero unas reglas básicas pueden ayudarle a conseguir que las pequeñas molestias normales tras el ejercicio, no den paso a lesiones derivadas del yoga.
Mente y cuerpo trabajan por igual en una clase de yoga, y sobre todo en las primeras, es importante tener muy presente la condición física de la que parte, para no exigir a su cuerpo más de lo que pueda dar.
Caliente de manera apropiada. A nivel físico, el yoga no es tan ‘suave’, como pudiera parecer a simple vista. Su cuerpo necesita una preparación previa, para realizar la actividad. No puede pretender hacer los movimientos y giros articulares que implica el yoga, sin hacer un buen calentamiento previo. Como medida preventiva, los estiramientos son básicos, para evitar las lesiones en el yoga.
Conozca su cuerpo. Usted es quien mejor debe saber su grado de flexibilidad, y su nivel de resistencia, y si lo desconoce, vaya poco a poco, para que en ningún momento se exija más de lo debido.
El yoga, no duele. Si al trabajar una postura de yoga, controlando la respiración y la posición de cada músculo, nota dolor intenso, algo no va bien. Debe dejar de hacer ese movimiento concreto, hasta corregir la postura.
Progrese despacio. Intentar avanzar demasiado rápido, antes de que su cuerpo esté listo para subir un nuevo escalón en el yoga es, en muchas ocasiones, la causa de problemas físicos evitables.
No es una competencia. Una sesión de yoga solo debe suponer un reto con usted mismo. Compararse con otras personas que también lo practican, es un error que puede llevarle a forzar posturas que, de momento, no está preparado para hacer.